La cocaína es el principal alcaloide de un arbusto denominado
Erithroxylon coca, que se cultiva en la zona occidental de América del Sur
(Colombia, Perú y Bolivia). El arbusto tiene una corteza rugosa de color pardo
rojizo, puede llegar a alcanzar hasta los seis metros de altura en las
condiciones más favorables, aunque en la actualidad no dejan que sobrepase los
dos metros con el fin de facilitar su recolección. La hoja de coca es la única
parte que contiene cocaína. La vía más frecuente de empleo de la cocaína es la
intranasal o esnifada, cada dosis se denomina comúnmente tiro o raya.
Patrones de consumo
Recreativo o social: se utilizan
dosis altas y concentradas en un breve espacio de tiempo, el consumo se acaba
cuando se está exhausto o se termina la droga.
Compulsivo: uso crónico, diario o
casi diario. El consumo es el que organiza la propia vida, se produce una gran
dependencia a la sustancia.
Poli consumo: sobre todo con cánnabis y alcohol.
Se ha producido un aumento del consumo de alcohol como primera droga y la
cocaína como secundaria para poder mantenerse despierto durante más tiempo.
¿Qué efectos produce?
Los efectos son como los de otros
estimulantes del Sistema Nervioso Central aunque de menor duración. Entre ellos
se encuentra: sensación de euforia y excitación, elevación del estado de ánimo,
menor percepción de la fatiga, hiperactividad verbal (verborrea) y motora,
aumento de la sociabilidad. En consumidores habituales después de este estado se produce cansancio y
apatía, que incita a consumir de nuevo.
Fisiológicamente se produce elevación de la frecuencia
cardiaca y de la presión arterial, reducción del sueño e inhibición del
apetito, aumento de la actividad muscular y de la temperatura corporal
produciéndose en ocasiones sudoración, temblor y fatiga muscular.
El consumo de cocaína, en ocasiones, se ha relacionado con un
aumento del interés sexual, afectando a la excitación pudiendo producir
eyaculación espontánea, sin estimulación genital directa. Esto unido a la
excitación, a la hiperactividad, y a la desinhibición, descritas anteriormente,
puede llevar a actos sexuales atípicos o promiscuos sin valorar los riesgos.
Aunque parece que el orgasmo se demora puede llegar a presentar disfunciones
sexuales, dando lugar a impotencia o frigidez, dificultad en mantener la
erección y la eyaculación y pérdida de interés por el sexo; las mujeres pueden
padecer alteraciones del ciclo menstrual, amenorrea, infertilidad y dificultad
para alcanzar el orgasmo.
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